Después de varias horas en un vuelo totalmente aburrido rodeada de extraños que se hacían llamar mis familiares, llegamos por fin a nuestro destino, mi nuevo y horrible hogar… Suspire exasperada por mi mala suerte, nunca en mi vida había implorado tanto para no tener que mudarme y aun así, todos habían hecho caso omiso a mis suplicas.
Abrí los ojos confundida, no sabia en que momento había subido las escaleras ni mucho menos cuando había llegado a mi “habitación” , era demasiado sobria para mi gusto, pero me lo habían advertido, los caprichos se terminaban en Inglaterra.
-“Perfecto Cass, lograste venir a parar a un infierno decorado en colores tierra y como si fuera poco tienes que empezar de cero, sin amigas, sin nadie conocido y en una nueva escuela”- pensé molesta mientras me acostaba en la cama, solo esperaba que la escuela no fuese como yo creía o si no oficialmente podrían llamar a mi nueva vida; Una pesadilla.